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lunes, 4 de mayo de 2015

La elección del pediatra



Durante el embarazo nunca me había planteado el tema del pediatra; iría sin más al que me tocara y punto. Pero cuando dí a luz y conocí a mi pediatra (que fue una elección totalmente aleatoria) cambié mi punto de vista y me dí cuenta de la suerte que tenía de tener un pediatra que estuviera en sintonía con mi modo de crianza y me enseñara cómo llevarlo a cabo.

Yo tengo seguro privado y en un principio pensé en llevar a mi hija a alguno de los pediatras que había en mi centro, pero la primera visita la realicé a mi centro de la seguridad social y allí conocí a la que es mi pediatra y que no cambiaría por nada. En seguida me dí cuenta del cariño con el que trataba a los niños, todos los padres entraban con una sonrisa en su consulta y los niños conocían su nombre y cuando se abría la puerta algunos se asomaban a saludarla, fue algo que me llamó la atención.



Por fin llegó nuestro turno, la primera visita al pediatra, no teníamos ni idea de nada, íbamos a ver qué nos decía y nos encontramos no sólo con un médico, sino también con un apoyo y una consejera. Lo primero de todo fue preguntar todas nuestas dudas que suponía que tendríamos bastantes, y las resolvió una a una sin prisas, con mucha calma y dándonos una seguridad que desde luego nos hacía falta. Después vino la revisión, me sorprendió con qué delicadeza y cariño trató a Princesota, todavía hoy en día cuando voy a consulta la mira a los ojos, la acaricia, la sonríe y cuando ve que Princesota está preparada comienza a hacerle trastadas, es como si la pidiera permiso para poder comenzar con su trabajo, y la verdad que me encanta.

Después vinieron las recomendaciones, bueno, pocas en realidad, pero suficientes. Lo primero de todo, usa el sentido común y lo harás bien y lo segundo, dale todos los brazos que quiera, a un bebé tan pequeño que sepas que no se le mal acostumbra por darle brazos, claro, os podéis imaginar la de veces que había escuchado: cuidado con los brazos que son muy listos y se mal acostumbran, antes incluso de dar a luz me lo decían. Así que ahí estaba yo, con una nueva recomendación, que desde luego era la que más le gustaba a Princesota, ya que los brazos eran su lugar favorito, después de la teta claro. Incluso se preocupó por mi lactancia y estuvimos hablando sobre el tema largo y tendido.

Así que cuando terminó la consulta mi marido y yo lo teníamos claro, habíamos encontrado a la que sería nuestra pediatra de aquí a muchos años. Como podéis imaginar se han sucedido muchas consultas y siempre he salido con buen sabor de boca, algunas han sido simplemente consultas para resolver dudas y a pesar de ser primerizos y a veces preocuparnos con cualquier tontería, siempre nos ha tranquilizado y nos ha hecho ver que nuestra actitud es normal. No sé cómo serán el restro de pediatras del centro, pero yo me siento afortunada, eso sin duda.

Con esta entrada lo que quiero transmitir es que si tenéis la oportunidad de elegir y encontrar un pediatra que esté en sintonía con vuestro modo de crianza mejor que mejor ya que aunque en nuestras casas cada uno hagamos lo que queramos, si nuestro médico apoya nuestra manera de hacer las cosas pienso que mejor aún. En estos meses como lectora de blogs y foros sobre maternidad, he encontrado muchas mamás que no estaban de acuerdo con lo que sus pediatras les decían y algunas incluso mentían en la consulta para no escuchar cosas que no querían oir, por ejemplo como en el tema del colecho. Por eso animo a todas las embarazadas a buscar ese pediatra perfecto para vosotras, sea de la corriente que sea.




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